RITUAL DE ALIMENTARSE

El ritual de alimentarse o reconsiderar como comemos. Cuál es la conexión con los alimentos que vamos a ingerir y qué emociones están presentes a la hora de preparar la comida.

Todo empieza pochando una cebolla y moliendo semillas de cilantro con comino en uno de mis morteros de madera viejos, ¡que mente se negaría a viajar por todos esos aromas!… luego el azúcar, ¡moreno por supuesto! y un buen puñado de polvo de curri que nos trajo Dominique la última vez que estuvo por aquí. Ahora le añado ese tomate de Almería que me ha regalado elverdulero esta mañana. La salsa que tengo entre manos, bien podría acompañar un cereal, como el bulgur, el arroz o también una pasta de sarraceno, si además la hervís en agua de hibiscos con alguna estrella de anís, hasta los Dioses se chuparían los dedos.

Siempre he pensado que por mucho que la electricidad haya sustituido las brasas, hay algo mucho más profundo y ancestral en los fogones de una casa. El fuego es un elemento fundamental, supongo que detrás de él está el recuerdo de calentarse y protegerse. 

Los humanos somos la única especie que cocina; por eso, cuando aprendemos a cocinar es cuando nos convertimos en auténticos humanos.

Si os fijáis… lo mejor de una fiesta siempre ocurre en la cocina, reunidos al abrazo de un buen puchero o simplemente, cuando uno es el interlocutor del que te cocina cada día. Este ritual hermoso, convierte esta estancia en un auténtico santuario de ofrendas, sabores y colores….

Una vez escribí que el mejor legado que se le puede dejar a un hijo es un puñado de buenas recetas, las que a lo largo de su vida le han alimentado, no solo el cuerpo, sino también el espíritu y las que, además, le han agrandado los sentidos y preparado el corazón para amar y saber cuidar a los demás.

Cuando cocinamos ponemos en práctica un puñado de conocimientos, aprendemos a perseguir con la memoria los sabores y a mezclarlos, sin necesidad siquiera de probarlos.

Para mí es jugar con el recuerdo y el respeto, cortar con delicadeza y por favor… que la pasión no sea el ingrediente ausente.

De dónde venimos y a donde hemos llegado ha sido gracias también a nuestra capacidad de alimentarnos.

No quiero entrar en prioridades sobre tendencias alimentarias, mi amor por la cocina va mucho más allá de discutir sobre que es mejor o que es peor, pues en estos tiempos que corren casi todo está bañado de inconsciencia: pesticidas, transgénicos, procesados, explotaciones inhumanas que quitan la magia y la pureza a ese acto tan sagrado que es comer.

Cocinar es un viaje espiritual y está estrechamente relacionado con los 5 elementos fundamentales: Aire, Agua, Tierra, Hierro y Fuego.

La comida es toda una institución, implica muchas cosas, no solo llenarse el estómago y cuando dejamos que la industria cocine por nosotros, nos perdemos algo grande; Olvidar nuestros orígenes y eso, no quiere decir que tengamos que volver a ser cazadores y recolectores, pero si, mantener todo aquello que nos ofrecen las tradiciones. Si olvidamos eso, nos convertimos en consumidores pasivos, ¡yo prefiero ser un creador, no un simple consumidor!

Reconectar con ese acto tan primitivo como reconfortante de encender una hoguera es recuperar el vínculo con la tierra.

El humanismo empieza por no negarle el pan a nadie, el pan es un alimento sagrado, significa vida, y en nuestra casa, la vida no se considera vida si no hay un buen pan.

El pan es una gran proporción Aire, y necesita del Agua, del Fuego y del Hierro
para convertirse en alimento.

¡Deseo de todo corazón que este texto os inspire y os anime a seguir los pasos de una buena alimentación que os mantenga vivos, sanos y unidos al lugar de dónde venimos!

Texto Original de María Marqués

Profesora de yoga Integral y formada en Alimentación energética en la escuela de Montse Bradford.

Este texto pertenece a una composición llamada Ritual, que a través de varios textos desarrolla el tema de la alimentación consciente.